Desde el día en que te vi,
mi corazón se exalto,
la emoción me ha embargado,
por tu gracia y sencillez.
Eres tú la mujer bella,
de mi sueño incomprendido,
que mi vida iluminasteis,
como luz de primavera.
Cuando llegará el momento,
de acercarme a tu mirada,
inquietarte tiernamente,
y decirte que te quiero.
Tal vez ser como el viento,
de abrazarte dulcemente,
susurrarte a los oídos
y explicarte lo que siento.
O es quizás el mismo sueño,
que comparto en este día,
al ver mi alcoba vacía,
solo te recuerdo mi amada.
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