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domingo, 23 de octubre de 2016

POEMA A LA MADRE ANCIANA

En los prados del mundo, tal vez todo es efímero,
pero una flor excelsa vivió cuatro estaciones,
tuvo cuatro colores, tuvo cuatro perfumes,
cada vez mas distintos.

Primero fue capullo rosado y transparente,
que sintió las caricias del sol de primavera,
con el calor intenso maduraron sus frutos,
la flor como rubíes se fue tornando gris.
ahora es candorosa y débil flor albean te,
que va exhalando tenue sus últimos aromas.

Ahora es flor de invierno rodeada de retoños,
el dolor es labriego que trazó paulatino,
los surcos de sus manos su frente y mejillas,
y que ahora están como la tierra reseca y agrietada,
o como la corteza de los pinos añosos.

Su cabeza es compendio de todas las alburas,
tiene copos de espuma de las aguas del tiempo,
el polvo platinado de las lunares noches,
la niebla taciturna de un sin fin de inquietudes.
Sus ojos ayer limpios están enrojecidos,
por un mil de crepúsculos que contemplo en la vida,
tienen todo el rocío de aquellas madrugadas,
en que se despertaba para lactar al hijo.

La madrecita anciana es poema de poemas,
es tierra más fecunda y estrellas de oriente,
es lago milagroso de donde se desprenden,
los ríos de muchas vidas,
es el tronco divino del gran tronco humano.

Hermanos de la tierra, hombres mujeres y niños,
en este día formemos un solo corazón,
y limpiándonos el alma de mezquinas pasiones,
bendigámosla todos , cual la bendice Dios.
(En homenaje a mi querida madre)

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