Son los días más hermosos de
cada año,
el pueblo goza y festeja sin
cesar,
rinde culto a su patrona tan
querida,
nuestra santa milagrosa del
Pilar.
Su basílica hermosa donde
reina,
y que a sus tiernos pies,
lavando está,
majestuoso río Ebro por
siempre en marcha,
con su caudal paciente y
señorial.
Sin descuido en la vigía, le
hacen guardia en especial,
puente Santiago y puente
Piedra,
como soldados fieles firmes,
de la alameda al Pilar.
Zaragoza se engalana con
mistura,
su belleza de ciudad es sin
igual,
visitada por hermanos de todo
el mundo
y sus hijos descendientes de
Aragón.
El pregón da inicio nuestras
fiestas,
algarabía de las peñas que
nos muestran,
sus canciones, danzas, jotas
su sentir,
van desfilando en vehículos
alegóricos,
del paseo Independencia a la Plaza del Pilar.
Fieles en marcha romería de
baturros,
que uno a uno, van llegando
al pedestal,
flores en mano ofrendando a
su patrona,
hasta formar una pirámide
florestal,
que en la cima su aposento,
majestuosa espera,
que el culto y fiesta llegue
a su final
Despedida con comparsas y
bombardas,
que en la oscuridad de la
noche taciturna,
se va tornando el cielo
celestial,
platinado de colores y
destellos,
que atónitos dejan su
presencia peculiar.
Va llegando al final nuestros
festejos,
la pena embarga y ahonda la
alegría,
mas la fe y esperanza en ti
madre querida,
está presente, en todo
momento cada día.
Escuchad nuestros ruegos y
alabanzas,
dejad caer en tu pueblo
bendiciones,
que la paz reine en el mundo,
salud, prosperidad en nuestras vidas.
¡Viva el jubileo de fiesta!
a la patrona y Zaragoza
y a la asistencia de los
fieles al Pilar,
días memorables de recuerdo,
que año a año por siempre
volverán.
Escrito por: Julio Armando
Agüero Laos
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